Más
allá del cambio de "Modelo" (Aquel que, según la Directiva no se
cuestionaba) y, del hecho, para mí inaceptable que el 1er equipo juegue de una
manera y, en la base se trabaje y juegue de una manera diferente , lo cierto es
que el Barça de Luis Enrique
presenta una serie de características bastante marcadas. Vamos a ver que es lo
fuerte de este equipo y, por donde chirría esta forma de jugar del asturiano.
Lo
primero que queda claro es que este equipo se ha hecho a partir de la verticalidad
y no de la horizontalidad. Hasta ahora el Barça era un equipo que subía
lentamente la pelota hasta tener todos sus jugador situados en posiciones atacantes
y, a partir de ahí, empezar aquel baile de posiciones y jugadores que
hipnotizaba al rival hasta que éste dejaba un agujero por donde penetrar con
muchas opciones de hacer gol. Era un equipo basado en los centrocampistas.
Llenar el centro del campo de jugadores y crear las superioridades a partir de
este momento era lo más importante.
Ahora,
eso no existe. El equipo empieza atrás para ir rápidamente hacia arriba, a buscar
los "tres tenores" para que, a partir de estos, vengan las jugadas.
Y, básicamente, todo pasa por Messi. Antes, el juego se organizaba a partir de
Xavi. Él dictaba el "tempo" del partido. Cuándo ir rápido y cuándo
despacio. Ahora, se busca rápidamente a Messi para que éste, desde la posición
de extremo retrasado, haga una diagonal para Neymar. Esta diagonal es la que le
da tiempo para llegar a la frontal del área, que es el lugar donde el astro
argentino es letal. Semanas atrás, Messi cogía el balón y empezaba a driblar
jugadores hasta llegar a la frontal. Tenía dos líneas y 6-7 jugadores para
eliminar. Ahora ya no. Elimina los centrocampistas contrarios con este pase y
llega a la frontal donde tendrá 2-3 jugadores que lo "molesten".
Bastante más fácil.
Si la
diagonal no es factible, entonces Messi intenta driblar y marchar por la banda
derecha. Pero aquí se encuentra cerrado por 2-3 contrarios ... y, por la línea
de banda. Cuando Messi jugaba de "Falso 9", podía tener contrarios,
pero no tenía limitaciones de espacio. Ahora las tiene y, esto hace que pierda
más fácilmente balones.
Y si
Messi está cerrado, toca jugar pelota hacia atrás y, empezar la circulación del
balón. Pero, este equipo ya no tiene a Xavi y no hay nadie que juegue su rol.
Los centrocampistas (Iniesta, Rakitic, Rafinha ...), no son jugadores que
tengan la pausa y el sentido del juego del de Terrassa. Y, el equipo lo nota
mucho. Demasiado. Y, como el Juego Posicional ha pasado a ser algo accesorio,
cuando no se trabajan los mecanismos y automatismos, estos se pierden. Como se
ha perdido la paciencia futbolística. Todo es vértigo y velocidad. De ida y
vuelta.
Y ahora
el equipo llega a las posiciones de ataque con mucha distancia entre las
líneas. Esto hace que, si hay pérdida de balón, el contrario tenga muchos más
espacios para contraatacar, del mismo modo que lo tiene el Barça. Los partidos
se han convertido en un ir y venir, muchas veces sin sentido. Y este Barça da
muchas opciones para el adversario. Cualquier equipo puede poner en problemas a
la defensa del Barça, que no tiene toda la culpa, ni mucho menos, de los goles
encajados.
Se dice
que cuando un equipo recibe goles, se culpa de la defensa o el portero. No.
Como mínimo, no siempre y, en el caso del Barça, tal vez menos veces de las que
la gente piensa. Si la pelota llega fácilmente a los delanteros contrarios y
estos tienen opciones claras de superar la defensa no es, por principio, porque
los defensas sean malos o no estén en "forma". Muchas veces se encuentran
en situaciones de 2v2/1v2/1v1 donde el contrario encara portería mientras el
defensa corre de espaldas. O, el defensa tiene que bajar a toda velocidad desde
posiciones ofensivas, porque la estructura del equipo no permite que haya las
coberturas y vigilancias adecuadas.
Luis Enrique, después de mucho tiempo,
parece que ha encontrado su equipo tipo. Este está formado por Bravo (Ter
Stegen para Copa y Champions), Alves y Alba como laterales, Piqué y Mascherano como
centrales, Busquets de medio centro con Rakitic e Iniesta de interiores y,
Messi, Suárez y Neymar como delanteros.
Es
evidente que los tres delanteros es pura dinamita. Si no es la mejor delantera
de la historia del fútbol, seguro que está entre las mejores. Hay gol,
calidad y magia. Cada jugador es diferente y, cada jugador aporta unas
características únicas al juego: Velocidad, movimientos sin balón, definición.
Cuando la pelota la tiene cualquiera de ellos tres, sabes que alguna cosa puede
pasar. Y, ésta no suele ser buena para los rivales.
El
centro del campo es el que más sufre este nuevo modelo de Luis Enrique. La participación en la construcción
del juego es prácticamente testimonial. Como ya hemos dicho, la pelota circula
a gran velocidad de la defensa en la delantera y, los centrocampistas sólo
sirven como acompañantes. Y, como acompañantes, tienen un papel secundario. Su
trabajo es más de recuperación que no de construcción. Y, Xavi e Iniesta se
encuentran muy incómodos con estas funciones tan alejadas de sus
características. Y Busquets debe vigilar cientos de metros cuadrados, porque el
equipo ya no es aquel equipo que estaba tan juntito y, que tenía un jugador a
10m. de otro. Ahora, eso no existe. Si la pelota llega a los delanteros, éstos
intentan hacer algo sin esperar apoyo. Si va bien, es fantástico. Pero, si no
se acaba la jugada, los centrocampistas están muy lejos y, los espacios son muy
grandes. Como se trata de correr y, no de tener fluidez en el juego, mucha
gente prefiere Mascherano en lugar de Busquets en el centro. Como dije hace
unos días, antes, para controlar los partidos estábamos usando a Xavi. Ahora
usamos Mascherano. Jugadores diferentes, de concepto futbolístico diferente. Y,
lógicamente, darán resultados diferentes. Hemos pasado de hacer correr la
pelota a que corran los jugadores. Concepto.
Y, en
defensa, después de que han venido Douglas, Mathieu y Vermaelen, continúan
jugando Piqué y Mascherano, con roles testimoniales por Bartra y Montoya. Es
cierto que hemos recuperado la mejor versión de Piqué y, el equipo lo agradece.
Pero Mascherano sigue siendo el "libre" (Lo siento, eso de
"central corrector" no lo acepto; ya sabéis que no me gusta las
invenciones de nombres para cosas existentes) y, parece que no haya alternativa
creíble por parte del entrenador en los partidos importantes. De mientras,
Alves sigue ofreciendo una de cal y otra de arena y, Alba, en situaciones
defensivas comprometidas, demuestra que aún tiene carencias tácticas. Ambos se
encuentran mucho más cómodos en ataque que en defensa. ¿Quizás por qué ni
siquiera para jugadores tan rápidos como ellos esto les sirve?
Y,
detrás de los defensas, está el portero. Bravo es el portero que se esperaba.
Sobrio, sin grandes estridencias. Un portero para ganar partidos, pero no para
ganar Campeonatos, en mi opinión. Me podéis decir que es el portero menos
goleado de la Liga
y que es posible que lo sea a final de temporada. El portero del Barça tiene
que parar las pelotas muy difíciles... y alguna de las imposibles. Ter Stegen
está demostrando el acierto de su fichaje. Sin complejos, jugando con
tranquilidad y es muy joven. Y, este sí, que para alguna de las pelotas
imposibles.
Estamos
hablando de un Barça que hace muchos goles, pero que también da muchas opciones
al contrario. Un Barça construido desde la velocidad de los jugadores y, no
desde el orden del balón. En el fondo, esto era de esperar. Comparad los
jugadores que eran Luis Enrique y
Guardiola y, comparad cómo son sus equipos. Y, no es lo mismo jugar contra un
equipo de media tabla en la Liga,
que hacerlo contra el Madrid, el Chelsea o el Bayern en la Champions. Si
jugamos como la primera parte contra el City, todo es posible para este equipo.
Si lo hacemos como la segunda...
Un
equipo, como dijo Luis Enrique en su
rueda de prensa de presentación, que es imprevisible. Lo que pasa es que muchas
veces parece imprevisible por los mismos jugadores.
Jordi
Pascual
Me
podéis seguir en twitter: @JordiPascualP
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