De siempre se ha hablado
de la importancia del juego por
las bandas, de dar amplitud. De
hacer abrir la defensa contraria, ya sea llevando
los extremos hacia las bandas y
dejando el centro más libre, ya sea aprovechando la
subida de los laterales propios.
El fútbol del Barça en los últimos años (y, podemos decir, que
casi siempre desde que yo recuerdo),
ha tenido extremos. A pierna natural, para ir
hasta la línea de fondo y centrar o, a pierna cambiada,
para ir de fuera hacia el interior del área.
Ahora, con Luis Enrique, esto no está. No hablaré de si modelo,
si evoluciones, si
... No. Sólo
quiero hablar de las que, para mí, son las consecuencias tácticas que se derivan.
Por un lado, tenemos que el que hecho de que no haya
extremos, hace que sean los laterales los
que han de ir hasta la línea de fondo y centrar. Como el extremo no
está allí para cubrirlo, es trabajo del interior hacerlo. Esto quiere decir que en el centro, allí donde
antes había Xavi e Iniesta (para
ir a lo más conocido y cercano), ahora no hay nadie. Pero, no sólo eso.
Busquets no sólo cae
entre centrales para la salida de
balón, si no que queda entre ellos muchas
jugadas; es decir, detrás quedan 3 y,
ninguno de ellos es el lateral de la
banda contraria donde se está jugando. Es decir, el centro del campo del Barça tiene muchas distancias entre jugadores. Y cuesta mucho recuperar
la pelota, porque los jugadores
están muy lejos de la misma. Si no se hace esta
recuperación inmediatamente después de pérdida, toca volver a posiciones defensivas. Y de, a veces, bien
rápido, demasiado, pues el contrario ha tenido tiempo y espacio para organizar el contraataque.
1.- CON LUIS ENRIQUE
Y, entonces, decimos que Busquets no sirve, cuando
el problema (como principio, más
allá de que esté en mejores o
peores condiciones), es que está
a 20 metros de los interiores
cuando antes estaba a 10. Y, claro, a todo no llega. Antes
todo eran triángulos entre jugadores. Ahora, no están. Y, la base de
cualquier organización son los triángulos,
que permiten dar
ayudas constantes a los compañeros.
Vamos ahora a la situación ofensiva cuando hay extremos.
Sube el lateral por
la banda y, unos metros más allá, tiene el extremo. A un
lado o al otro. El defensa contrario viene
a buscar al lateral y éste pasa al extremo que
le devuelve. Situación de 2v1, imposible de
parar si está bien ejecutada. Situación clásica
de fútbol. Y, si el 2v1 es por la banda,
aun es más imposible de parar. No hay más.
Pero,
tenemos más. Antes, cuando el interior
subía por el medio del campo, acompañado por el lateral, teníamos esa misma situación de 2v1. Tuya-mía
y, jugador "eliminado".
Y, continuaba el
interior o el lateral y,
volvían a crear este 2v1 con el central contrario cuando Messi (con aquello del
falso 9), venía dos pasos atrás.
2.- CON GUARDIOLA
Ahora, no. Ahora no hay extremos. Por mucho que alguien diga "extremos
cerrados". Esto no existe en el fútbol. Los extremos, por definición, son abiertos. Si no, son
cualquier otra cosa, pero no son extremos.
Seguimos. No hay extremos
y, los delanteros están demasiado cerca de los defensas para crear estos espacios y las situaciones de
2v1. Así de
sencillo. Y, cuando vienen
los laterales, el delantero es fijo.
Como es fijo, ya
sabemos dónde está y, por tanto, no
existe el 2v1.
Y, esto, que parece tan sencillo es una de las cosas que
ha perdido el Barça actual.
El 2v1 tiene como
objetivo eliminar jugadores y líneas contrarias.
Si hay un compañero (lo que
algunos llaman "el tercer hombre", el que está libre), ya tenemos
una línea de pase. Y, como
tenemos línea de pase, si se sigue la jugada, que es lo que toca, tenemos línea
de devolución. Tenemos 2v1. Lo que se trata
es que el jugador que lleva el balón siempre siga
la jugada, porque el jugador que sale no sepa dónde
ir. Si va al que tiene el balón, el que no la tiene queda libre. Si
va al que no la tiene, el
portador tiene espacio.
Antes, Messi, con aquello
de los "falso 9",
tenía los extremos a 20-25 metros. Espacio.
Mucho espacio y, además con Leo muy cerca del
área. Ahora, si Messi quiere esta distancia con
Neymar y Suárez, debe
jugar 10-15 metros por detrás. Es decir, 10-15
metros más lejos del área. Y Messi, cuando más cerca
del área, más peligroso es. Antes,
Messi corría en paralelo a la raya del área para chutar; ahora, corre
en dirección al área para pasar. Ahora, cuando hace un 2v1 está
a 15 metros del área. Antes estaba en la frontal.
Era mucho más fácil chutar y hacer gol.
Además, Xavi e Iniesta estaban a 10 metros de él; 2v1
y 3v2 eran
continuados, y se encontraba el espacio fácilmente. Ahora,
Xavi, Iniesta, Rakitic, están a 30 metros del astro argentino.
O lo hace él
solito o, no llega al 2v1 que pueda hacer
con Neymar o
Suárez, porque no está en la frontal del área. Tened en cuenta que,
los goles que hace ahora son cuando "vive" en la frontal del área. Que son los que hacía antes.
Por todo ello, hoy se habla de la conexión Messi-Neymar-Suárez, pero, nos olvidamos que la que era letal
era la conexión Messi-Xavi-Iniesta, con Busquets haciendo de "Gran
Hermano" y controlando todo desde atrás. Hoy, esta
conexión es prácticamente inexistente. Las distancias son mucho mayores. Y, todo esto, se nota mucho.
Yo quiero que me devuelvan los extremos. Nos devolverán
el 2v1 y nos devolverán el mejor
Messi.
Jordi Pascual
Me podéis seguir en
Twitter: @JordiPascualP
Gracias Jordi por tan detallado análisis. Saber de fútbol es saber del juego. Saludos desde Venezuela y Vizca el Barça!
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